Arequipa, la única

Estimados alumnos:
Seguidamente encontrarán una composición sobre Arequipa en la que se destacan muchos de los rasgos que la hacen única. Deberán escoger alguno de ellos u otro que no haya sido mencionado y, haciendo uso de Word, lo desarrollarán en por lo menos 20 líneas, integrando imágenes pertinentes. Al finalizar lo enviarán al correo electrónico que les indicaré en clase.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Arequipa es la según da ciudad del Perú y aunque algunas otras ciudades le andan peleando la supremacía económica, Arequipa tiene muchas otras características que la hacen única, por lo que difícilmente alguna otra podrá quitarle este puesto. Y es que la posición de Arequipa no solamente se cimienta en su capacidad económica, sino en el peso relativo que ha mantenido en el Perú a lo largo de sus casi cinco siglos de historia en todo aquello que atañe al quehacer humano.

A Arequipa se le conoce con varios nombres distintos, que hacen precisamente alusión a algunas de sus características.

Arequipa es “la Ciudad Caudillo”, porque a lo largo de la historia ha sabido liderar movimientos nacionales. Por lo mismo también se le otorga el calificativo de “León del Sur”. Es que sus habitantes son bravos, indómitos. No se dejan fácilmente amilanar. Es la ciudad de las revoluciones, en la que muchos dictadores han visto su fin.

Arequipa fue la única ciudad del Perú que estuvo en condiciones de pelear la supremacía con Lima a inicios de la República. Sus indicadores económicos eran muy similares y en algunos casos incluso superiores a los de Lima. Fue de entonces que le viene la fama de “República Independiente”, de la que muchos en el Perú hacen mofa, sin saber que con la Confederación Perú-Boliviana estuvo a punto de lograr su independencia. Quién sabe qué vuelco hubiera tomado la historia del Perú si esta iniciativa hubiera prosperado. Quizás Arequipa hubiera sido un coloso, entre La Paz y Lima, con Arica, Atacama y Antofagasta integrados…Por eso Chile se opuso a esta coalición y le hizo la guerra.

Pero sigamos haciendo el inventario. Arequipa es también conocida como la Roma de América, por la profunda fe que profesa su población católica, en la que abundan los templos de las más importantes e influyentes órdenes religiosas. No es mera coincidencia que uno de sus principales atractivos turísticos sea precisamente Santa Catalina, uno de los claustros más grandes y antiguos del continente.

De Arequipa también han salido grandes tribunos y jurisconsultos, al punto que se le reconoce en el Perú como la ciudad rectora de la ley y la legalidad. Es precisamente en mérito a ello que se fija Arequipa como sede del Tribunal de Garantías Constitucionales.

Arequipa también es conocida como la Ciudad Blanca, algunos dicen que por sus construcciones, que hasta comienzos del siglo XX se edificaban con una hermosa piedra blanca, producto de tantas erupciones volcánicas de los tres gigantes a cuyas faldas ha florecido: el Misti, el Chachani y el Pichupichu…Esta piedra blanca, llamada sillar, prima en los templos y en las construcciones coloniales. Sin embargo, otros dicen que se le llamó blanca, porque en muchos de los censos de la colonia quedó registrada como una de las ciudades con mayor población de raza blanca en el Perú.

También se le conoce a Arequipa como la Ciudad del “eterno cielo azul”, precisamente porque su clima es sumamente benigno, sin cambios bruscos a los largo de todo el año. Las temporadas de lluvia son cortas y las precipitaciones escazas, por lo que la mayor parte del año se puede observar un impecable cielo profundamente azul. Arequipa fue siempre recomendada para sanar de todo tipo de enfermedades respiratorias, y es que además del clima, siempre contó con una hermosa campiña, en la que no faltaban el ganado vacuno, distinguiéndose por su gran producción lechera, así como todo tipo de cultivos, entre los que no faltaban las verduras y la fruta.

Hay muchas cosas más que podemos destacar de Arequipa que la hacen única y le han valido el entrañable amor de su gente.